jueves, 20 de diciembre de 2012

LA TRAMPA I


                 I

Balbuceo inconsciente
en mi cuerpo
entre sabanas tiesas
insisto en bajarme
de los sueños y caigo
casi en la verdad.
Me despabila el murmullo en lo oscuro
¿conspiran contra los ángeles?
corro y levanto cortinados y pértigos.
Quedo pegado a una ventana
que me imprime su realidad fría
veo y me encuentro
rodeado de esqueletos grises
susurrando golpes de estado.
Seres diminutos los forran de carne
en bloques rosáceos,
burlan el gobierno de mi naturaleza,
la invierten.
Brotan hasta el cielo.
Edifican barrotes a esos ángeles ciegos
que lloran lenguajes perdidos
y en vez de guardarnos sus vistas,
perpetúan nuestros años.
En estos barrios del sur
el mar nos trae sus plumas perdidas
a las costas frívolas 
donde reímos con sus cuentos
hasta llorar rocío para las calas
del féretro en vida.

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